La Fiesta del Fuero de Sepúlveda: Reyes Muertos, Payasos Vivos y la Regresión Política de España
En la Fiesta del Fuero de Sepúlveda, celebran una carta de 1.000 años que daba tierras y derechos. La gobernanza medieval supera la corrupción.
Hungry Culture
7/31/20257 min leer


Si alguna vez has querido ver cómo un documento medieval vuelve a la vida mientras mordisquea empanadas y escuchas folk metal brutal, Sepúlveda es tu lugar.
El 19 de julio, me encontré en el pueblo castellano de Sepúlveda, rodeado de hombres y mujeres vestidos con capas y capuchas, sus hijos blandiendo espadas de plástico como si fueran a reconquistar Tierra Santa.
El pueblo regresa a 1076 cada julio para la Fiesta del Fuero anual. La música folk llena el aire, y el Mercado Medieval vende de todo: desde embutidos y productos de panadería hasta tés de hierbas y especias que aseguran enderezarte el hígado y purificarte el alma.
El entretenimiento del festival añadió al ambiente histórico. En un lado del pueblo, aves rapaces como halcones y búhos estaban en exhibición. Volaban por encima de la multitud, con cara de estar ligeramente molestas por formar parte del espectáculo. Mientras tanto, Wyrdamur, la banda de folk brutal del festival, marchaba por las calles tocando tambores, agitando banderas y tocando violines eléctricos.
Al caer el sol, una pequeña procesión de lugareños llevó antorchas para encender los faroles que bordean las calles del pueblo, preparándose para el evento principal. Los espectadores se congregaron alrededor del escenario principal para escuchar la lectura formal del Fuero de Sepúlveda, un documento legal de 1076 que otorgaba derechos, responsabilidades y tierras a los colonos; un contrato social, escrito con valentía y sorprendentemente progresista para su época.
Fue festivo, un poco excéntrico, y centrado en una carta municipal medieval que sigue eclipsando los logros de los líderes modernos de España.


Érase una vez, cuando los políticos sí hacían algo
Alfonso VI en 1076: "Toma, ten algo de tierra. ¿Impuestos? ¿Qué impuestos? Ahora, ayúdame a construir algo."
Políticos españoles hoy: "Eso es nuestro, esto es nuestro, y vosotros podéis iros a freír espárragos."
Es difícil creer que un monarca del siglo XI pudiera hacer que la "democracia" moderna parezca una función de aficionados en un teatro de pueblo. Alfonso VI de León no era solo otra cabeza coronada decorativa. Era un tipo que sabía conseguir resultados para su gente.
Hoy en día, el gobierno español no puede cumplir promesas sin que todo se desmorone y la corrupción lo destroce. Así que átate las zapatillas, porque vamos a dar un paseo por la historia y comparar a un rey medieval que construyó un imperio dando a la gente tierras, derechos y participación en su futuro, con nuestro gobierno "democrático" moderno plagado de escándalos de corrupción que está quitando vivienda, trabajos estables y libertades duramente ganadas a sus ciudadanos.
Alfonso VI, CEO de la frontera española


Alfonso VI, conocido por muchos como el Bravo, no era un aristócrata mimado, indulgente y desconectado de las luchas de su pueblo; para nada. Se le atribuye haber confirmado leyes originalmente formuladas por Fernán González alrededor del 940. Estas leyes proporcionaban incentivos para convertir una zona difícil y desolada en una comunidad próspera, y a cambio, la comunidad ayudaba a proteger y asegurar las fronteras de la España cristiana.
Cuando Alfonso VI confirmó el fuero, Sepúlveda estaba situada sobre el río Duero. Era una frontera volátil. Cristianos y musulmanes chocaban como vecinos enfadados discutiendo por los límites de una propiedad. Para evitar que los enemigos avanzaran y accedieran a tierras fértiles, la corona necesitaba colonos en el lado norte, ¡y los necesitaba sin demora!
Cuando los reyes muertos tienen más honor que los políticos vivos
¿Cómo es posible que un sistema medieval de gobierno parezca más democrático que el gobierno actual que tiene España ahora? Allá por 1076, el Fuero de Sepúlveda estableció un modelo legal y cívico basado en la equidad, la participación y la responsabilidad pública. La gente tenía voz. Las leyes eran claras. La justicia era rápida y pública. El poder no era un privilegio; tenía consecuencias. Ahora, avancemos mil años.
Hoy, la transparencia en el gobierno español está obsoleta. Ha sido reemplazada por el arte del ocultamiento. Las decisiones se toman a puerta cerrada. Los contratos del gobierno van a los compañeros, las ratas que siguen robando y llenándose los bolsillos con el dinero de los contribuyentes mientras el sistema judicial recibe sobornos y hace la vista gorda a la justicia.
Los grandes éxitos de España: Pruebas A, B y C
No estamos hablando solo de corrupción vaga aquí. Mira:
El Caso Koldo fue un desenmascaramiento total del amiguismo, sobornos y cómo el dinero público de España se entregó a "colegas" en lugar de a médicos durante el COVID. A 'Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S.L.' se le otorgaron más de 50 millones de euros en contratos de emergencia para suministrar mascarillas, a pesar de no tener experiencia en equipos sanitarios. Resultó que las únicas "soluciones" que ofrecían eran para los de dentro que trataban de convertir una crisis de salud pública en un sueldo privado. La "gestión" fue puro tráfico de influencias, y el "apoyo" definitivamente no era para los hospitales.
España no está en una crisis de vivienda. Está en medio de un asesinato diseñado por el mercado de la clase media. Los trabajadores están gastando más de la mitad de sus sueldos para mantenerse con techo, mientras los salarios disminuyen y el gobierno se levanta y se felicita por un trabajo que consideran "bien hecho".
El PSOE habla mucho, pero los números no mienten: los alquileres están por las nubes, tenemos un aumento en el número de desahucios, menos del 3% va a vivienda pública cuando el objetivo de la UE es el 15%, y apenas hay algo asequible para alquilar o comprar. Lo que se está construyendo está hecho con papel de fumar y se vende a precios de lujo. Esto no es incompetencia. Es política por diseño, y las víctimas son todos los que trabajan para vivir.
Bloqueo judicial: Similar a mi propio país, los buenos y viejos Estados Unidos, el sistema judicial de España está atascado porque los dos partidos políticos opuestos son como dos niños pequeños en un arenero dibujando rayas en la arena. En ambos casos, cuando la clase política prioriza los juegos de poder sobre la gobernanza, las instituciones se paralizan y la gente corriente acaba pagando el precio con justicia más lenta, protecciones más débiles y creciente desconfianza. Países diferentes, el mismo manual roto.
El mérito ha sido reemplazado por el nepotismo. ¿Por qué debería importar la competencia si estás cerca de la gente adecuada? ¿Y dónde está la protección pública? ¿Dónde están los controles y equilibrios cuando los políticos y sus amigos reciben poco más que un tirón de orejas? La responsabilidad es opcional cuando tienes amigos en las altas esferas.


De tipo duro medieval a desastre moderno
El rey Alfonso VI de León es recordado por su legado impactante. Era astuto y estratégico, equilibrando efectivamente la autoridad mientras establecía sistemas duraderos. En marcado contraste, Sánchez redacta leyes para salvaguardar sus propios intereses. No ha producido nada más que escándalos, haciendo tratos precipitados para mantener su control del poder, poniendo los titulares diarios por encima del interés nacional.
España no está desviándose del rumbo: se dirige directamente a la misma zona crepuscular política que nos dio a Trump, el payaso naranja hinchado del caos que envolvió la corrupción en una bandera americana y lo llamó patriotismo. Las señales de alarma están todas ahí, mirándonos a la cara: poder centralizado, impunidad legal, teatro político, y una negativa altiva a rendir cuentas al pueblo.
El marco medieval de Sepúlveda tenía un mayor grado de integridad que lo que vemos hoy. A pesar de estar rodeados de tecnología e infraestructura del siglo XXI, estamos involucionando hacia algo más tonto, más sucio y mucho más peligroso.
La historia nos dio el modelo para el buen gobierno. El liderazgo moderno lo metió en una botella, encendió el trapo, y se lo lanzó a la democracia.
Reflexión final
Al irme del festival me pregunté qué pensarían los aldeanos medievales de 1076 sobre la "democracia moderna". ¿Se reirían de nosotros, celebrando leyes que eran más progresistas que cualquier cosa que tengamos hoy, en 2025? La pregunta no es si podemos hacerlo mejor, porque Sepúlveda lo demostró hace casi 1.000 años; ¡la pregunta es si tenemos los cojones para exigirlo!




Para atraer colonos, la corona regaló tierras, eximió impuestos, otorgó autogobierno local, e incluso protegió a forajidos. Alfonso VI creó el Fuero de Sepúlveda como una zona económica especial. Ofrecía privilegios legales y económicos para atraer colonos y ayudó a asegurar una zona clave pero inestable.